
Yo le cuento que tengo aún en las neuronas residuos de toxinas varias, que se unen para explosionar en charcas de paranoias, le divierte soñar con trajes espaciales mientras yo lo hago con pajas y demás practicas genitales.
Algunos días le hablo de estrellas y dibujamos Pléyades, sin orden alguno, sin sentido también…
descubro que entiende de mi universo y que quiere comprar mis trastornos delirantes pagándome con armarios empotrados o con combinaciones aleatorias de códigos. Tengo poco que ofrecerle aparte de sonidos de gatos aunque sé que le importa una mierda porque nunca me pide nada a cambio, (es la ventaja de encontrarte un astro perdido en la cuneta de la carretera).
Yo ahora me despego de las teclas, me largo a pisotear latas oxidadas y espero… pronto,
Yo ahora me despego de las teclas, me largo a pisotear latas oxidadas y espero… pronto,
se colará un astro por mi ventana.
Café
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