Conjugar la brillantez de la vida con la oscuridad de la muerte,
representado por el excepcional trabajo de P. Seymour Hoffman (Happiness, 1998)
solo puede dejarte en la memoria,
solo puede dejarte en la memoria,
el recuerdo de una de las mejores películas vistas
en mucho tiempo.
"La luna oscura iluminando
un mundo oscuro" (Synecdoche, New York 2008)
Café con Agua
2 comentarios:
Es lo que tiene Charlie Kaufman, que siempre deja una semillita plantada en alguna neurona para que vaya creciendo -la semilla- y transformándose -la neurona-. Como decía Caden: "I won't settle for anything less than the brutal truth. Brutal. Brutal." La vida, ese enooorme proyecto artístico que siempre se nos queda inacabado...
Tiene muy buena pinta, la vereremos.
Gracias por la recomendación!
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