jueves, 12 de febrero de 2009

Un cuento para Flica

(Foto: NuriaSC)

- Y si te espero sentada doscientas horas, me arranco el corazón a trozos y dejo que lo metas en aquel frasco que contiene mis lágrimas?...

- De nada serviría… (le contestó él), los sapos y las ranas siempre son actores secundarios en mis historias.

Atenea, no podía hundirse en el Partenón y quiso buscar las aventuras que escuchaba en la profundidad de las grutas. Aburrida de las fiestas panateneas y cansada de su lechuza, descalzó sus pies y recogió su pelo en trenzas… sopló durante varios días expulsando a todos los sapos y ranas que trazaban líneas oscuras en su pensamiento.

- ¿Sabías que las lechuzas no pueden vomitar?
¡Joder! Había escogido el animal equivocado! pensó.

La tristeza de su abandono la sumió en un sueño de varios dibujos y recortables olvidados. Tras abrir los ojos, vio unos enormes tubos de colores brillantes dispuestos aleatoriamente

(Estra_tégicamente)


Colocados, que le recordaban a otra de sus vidas reciente; había agotado una de ellas de forma inútil y sólo quedaron facturas sin pagar de besos y abrazos prometidos, pero ésta... ésta igual podía aprovecharla…



Debía entonces pensar en la forma de deshacerse de las tempestades, bucear entre medusas y esperar el vuelo que le trajera de regreso las sonrisas…



(A partir de ese momento, se convirtió en gata de tres colores).


Café con Agua

5 comentarios:

Nébula dijo...

Las lechuzas no son lo que parecen, le dijo el gigante al agente Cooper, y razón no le faltaba!

Me ha gustado tu cuento :)

irene buscando la felicidad dijo...

Qué maravilla...

Brotestertor dijo...

Brutal.
El impacto parece absorber cualquier estupidez.
Pero no lo conseguirá.
Alguna he de soltar.
Sí.
Me veo capaz.
¿Distrace?
No, eso sólo es la palabra a verificar.
Ehm...
Uhm...
¡Ah! Las dos anteriores servirán.
Así pues, me callo ya.

Nómada planetario dijo...

Al principio desconcierta un poco, pero remata muy acertado el relato.
No está mal tener varias vidas.
Besos desde la carnavalera que tenemos.

Jose A. Sencianes Ortega dijo...

ya te dije en otro comentario que me encantaba la foto del gato, y ahora con este texto, cobra otra dimensión para mi mucho mas personal e interesante. Un abrazo y un besazo desde la inminente primavera marismeña