
Hay un cuenco sobre la mesa
Que me recuerda los besos
Y hay dos copas que nunca se llenaron.
También sé que hay un tren que me lleva hasta donde estás
Y estás en ese punto preciso.
Árboles tiemblan con el paso
Y cuerdas de guitarras puntean,
Para dar paso a una tímida flauta…
Sin que brote una sola palabra…
(Aunque sí lo hace una lágrima)
Me encuentro enredada en ese punto
Por más que tiro, no logro soltar el nudo
Que tengo atado a la garganta.
Se me llenó el estómago de hormigas
Que no puedo vomitar.
Cuando aparezca ese tren y esté justo en su parada,
Dejaré que revienten los espasmos
Que recorren entrepiernas.
Entonces, ya habré dejado también que tu cuchillo atraviese el hueco
Y será imposible frenar la punzada.
Tengo mi sombrero preparado
Para ponérmelo justo cuando llegue a tu destino,
Y por fin, se abrirán todas las puertas.
Café
Discover John Frusciante!
8 comentarios:
Siempre e dicho que lo que menos me gusta de viajar es viajar pero si el destino es precioso y bello como tú lo has escrito, el trayecto merece la pena, ya lo creo que merece la pena. Muy bonito
Hace unos meses cogí ese mismo tren con solo un billete de ida... la vuelta se suspende en el tiempo...
Qué pedazo de poema y de poeta. Felicidades
Yo de momento pierdo todos los trenes; quizá sea porque me gusta volar y me pierdo haciendo eses a mitad del Atlántico... Bello poema! Un saludo.
interesante viaje el que propones... y muy bien descrito. Como siempre, tu música exquisita. Besos atlánticos
me encantan las puertas abiertas
la frase que mas me ha encantado ha sido...
Se me llenó el estómago de hormigas
Que no puedo vomitar.
muaaaaaaaaaaaaaaks
Y qué bonito no? cuando se abren todas las puertas...
Bss :)
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