Con cerrojos de un gris intenso y pesado,
condensando las posibilidades que flotaban en las esquinas...
con aldabas, candados y pestillos.
La sensación se pegó por todo el cuerpo,
y la até a mis venas para que no se me escurriera entre los dedos...
Y todo esto ocurrió sin más,
al cerrarse la puerta...
Café con Agua
2 comentarios:
hay sensaciones que no queremos que se nos escapen nunca, ¿verdad? genial sigur rós
Y que se queden al cerrarse la puerta... Un beso, enorme!
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