De muñecas, marionetas, títeres se llena el teatro… la escena cobra vida y la belleza se mueve articulada por manos encapuchadas que nos cuentas bellas historias. Al fondo suena el gidayu (canto narrativo) acompañado de shamisén (interpretación del laúd) y nace el movimiento.He pensado robar un maruhon lleno de cuentos para hacer alguno mío, para interpretarlo con las marionetas que tengo escondidas debajo de la cama y vivirlo en el escenario que he pintado con algodones y tizas, he deseado adentrarme en la lírica que rebosa y llenarme tazas de expresión con ella...
En la mitad del camino he encontrado “Dolls” (Takeshi Kitano, 2002) , una película bella, lírica, triste y contemporánea. Hay que verla para descubrir cual es en realidad, el tortuoso camino del amor.

Café


1 comentario:
denso como siempre... en breve espacio toda una explosión de sentidos... a tus pies me postro ( o dónde sea)
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