Sentada justo en el filo del abismo y mirando a ambos lados lo que me rodeaba, comprendía la verdadera profundidad de lo oscuro...
Desempolvando mis juguetes del pasado recordé qué el blanco y el negro se conjugan a veces, ofreciendo grises inesperados por sus matices...
y no sólo se apodera de mí la inmensidad del negro sino que,
(en ocasiones)
hace tan intensa la fuerza del blanco, que puede deslumbrar a todo lo demás.
Vuelvo a mi mundo del revés para darle la vuelta con un punto y final.
Café con Agua
Café con Agua